El secretario de Programación Económica también adelantó que, si se alcanza esa meta, se puede avanzar en «relajar las restricciones cambiarias» porque el año que viene ingresarán u$s45.000 millones más.
En un panel organizado por la Universidad Torcuato Di Tella, del que participó junto al diputado y referente económico de Patricia Bullrich, Luciano Laspina. Rubinstein auguró un 2024 auspicioso “con u$s45.000 millones más”. Hasta se animó a anticipar que con ese escenario y, si se alcanza el superávit fiscal, “se pueden ir relajando una serie de restricciones en el plano cambiario”.
Para el economista y director de EPyCA consultores, Martín Kalos, un presupuesto 2024 con superávit “es viable, siempre que haya voluntad política y se pueda generar un cierto consenso”, ya que “hay que elegir donde se recortan los gastos y donde se prevé recuperar recaudación y luego habrá que definir un sistema tarifario que sea sustentable porque el actual mejoró pero todavía no lo es”.
Los economistas coinciden en que Argentina recuperará en 2024 ingresos que este año no tuvo producto de la sequía. No solo en concepto de retenciones sino también en impuestos vinculados a la actividad interna en distintos sectores: logística, insumos, maquinaria agrícola, entre otros. Aunque el titular de la consultora Analytica, Ricardo Delgado, estimó que “será difícil tener superávit primario sin ajuste del gasto”.
Rubinstein destacó que alcanzar el superávit fiscal no es complicado y dijo que lo más difícil es “mantenerlo en el tiempo”. En esa línea, volvió sobre la experiencia de los años 2002, 2003, 2004 y 2005, como un ejemplo virtuoso de una macro ordenada, con un solo tipo de cambio, sin controles de precio, con inflación baja y casi sin limitaciones mínimas a la compra de dólares: “Se logró con Néstor Kirchner”, puntualizó.
Consultado sobre la cuestión, el funcionario sostuvo que “la unificación cambiaria y la salida del cepo hay que hacerlas lo más rápido posible considerando como restricción que los riesgos de reversión sean bajísimos”. En ese sentido, argumentó: “Si sacamos el cepo y al año se vuelven a poner restricciones, habremos hecho las cosas mal, el desgaste institucional y la frustración se acentuarán”.
Pese al ruido político y la incertidumbre de estas horas, pareciera existir cierto consenso entre distintos espacios sobre la idea de que el equilibrio fiscal debe ser un pilar de cualquier intento de estabilización. Así lo remarcó Laspina en el mismo panel, así se lo dijo a Ámbito semanas atrás el ex ministro Hernán Lacunza en un evento organizado por IDEA y también lo vocifera en un tono un tanto más agresivo Javier Milei, cuando promociona su plan “motosierra”. La pregunta abierta es si los legisladores de todos los partidos mostrarán el mismo entusiasmo a la hora de debatir la “separata”.
Fuente: Ámbito




