Bukele redujo significativamente la violencia en su país a través de una política de mano dura contra las pandillas mediante la implementación de un estado de excepción en todo el país y la puesta en marcha de una centro de confinamiento contra el terrorismo, una cárcel de máxima seguridad exclusiva para las pandillas.
Allí se encuentran 75.000 detenidos, a pesar de que organismos internacionales de derechos humanos critican que entre los arrestados no sólo hay pandilleros y que el presidente ha mandado detener de forma aleatoria en una política de cifras.
Bullrich parece querer implementar ese modelo aunque nunca dio detalles de como y donde lo pondría en funcionamiento.
En medio de la conversación, Bukele recordó su estadía en Buenos Aires cuando su esposa estudiaba para una maestría y le contó a la ministra que le gustaban «los vendedores de libros y otros productos en el piso», en referencia a los manteros que la gestión del PRO en la Ciudad y ella misma como ministra de Seguridad de Mauricio Macri se encargó de desalojar y decomisó su mercadería.
La referencia la dejó descolócala a Bullrich que no se animó a decir que esas mantas ya no trabajan más porque fueron desalojadas por la fuerza pública.
Fuente: La política online





