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Chaco retrocede con el cáñamo: un veto que frena empleo, industria y una ley casi unánime

El gobernador Leandro Zdero vetó por completo la ley del cáñamo aprobada con 26 votos de 27. El autor de la iniciativa, Juan José Bergia, advierte que Chaco pierde empleo, inversión y desarrollo mientras otras provincias avanzan.

El gobernador Leandro Zdero firmó la Comunicación Oficial 217/2025, con la que aplicó el veto total a la ley del cáñamo aprobada en la Legislatura chaqueña con un apoyo abrumador: 26 votos afirmativos sobre 27 presentes. La decisión cayó como un baldazo de agua fría en un momento en que la provincia mostraba señales de apertura hacia las economías verdes.

La norma buscaba ofrecer un marco sólido y participativo para el desarrollo del cáñamo y sus múltiples aplicaciones industriales. No implicaba generar nuevas estructuras estatales ni gastos adicionales: articulaba trabajo entre el Ministerio de Seguridad, el Ministerio de Producción, el Ministerio de Salud, cooperativas, ONG y el sector privado para garantizar trazabilidad, acceso, innovación y empleo.

En este video difundido públicamente (gentileza de El Dato Cannabis) el diputado Juan José Bergia, autor de la ley, señaló su preocupación por una decisión que califica de “incomprensible” y “contraria al interés provincial”. Para el legislador, el gobernador “no entendió la necesidad de contar con un registro claro y una organización responsable para quienes dependen del cáñamo y su desarrollo productivo”.

Bergia recordó que la ley no solo abría puertas para regular, capacitar y ordenar la actividad, sino que también posicionaba a Chaco en una cadena de valor dinámica que hoy genera trabajo, recaudación y tecnología en otras provincias. “Mientras unos avanzan, Chaco retrocede”, afirmó con contundencia.

Un freno a una industria emergente y necesaria

El sector del cáñamo —en el país y en el mundo— se proyecta como un motor económico capaz de impulsar empleo genuino, exportaciones, biotecnología, fibras industriales, cosmética, construcción ecológica y productos medicinales. La ley vetada ofrecía un marco transparente para atraer inversiones y ordenar un ecosistema productivo que ya busca desarrollarse.

El veto no solo demora ese crecimiento: desalienta a investigadores, cooperativistas y emprendedores que ven cómo otras provincias logran progresos concretos mientras Chaco queda atrapado en decisiones políticas que cierran puertas.

Esta decisión no es un trámite administrativo ni un matiz técnico, es un retroceso profundo para una provincia que necesita diversificar su matriz productiva y generar empleo de calidad. Vetar una ley respaldada casi por unanimidad y diseñada para incluir al Estado, a la sociedad civil y al sector privado es, como mínimo, un golpe a la voluntad colectiva de avanzar.

Parece ayer que el gobernador celebraba la inauguración de una sala hidropónica en Colonia Elisa.

Resulta increíble —y preocupante— que Chaco renuncie a una herramienta que podría transformar su economía, abrir nuevos mercados y dar respuesta a miles de familias que necesitan oportunidades reales.
Mientras el mundo mira hacia industrias más verdes e inclusivas, Chaco decide frenarse a sí mismo. Y cada día que se pierde, es un día que gana la pobreza, la fuga de talentos y el estancamiento.

Fuente: Radio Sativa