Díaz Cordero, secunda a Rosatti sin apoyo K que denunció “desequilibrio”. Unanimidad (sorpresa) para definir integrantes para áreas clave.
Sobre el final y cuando Rosatti había dado por cerrado el plenario volvieron a emerger los cruces y cuestionamientos de parte del bloque oficialista. Héctor Recalde pidió la palabra y calificó que “este Consejo es una adenta al Poder Legislativo”. Y apuntó: “Estamos ante un Consejo provisorio -señaló el senador- que funciona luego de una decisión pretoriana que dejó sin efecto una ley que funcionó durante 16 años”. Y continuó recordando que “estamos a la espera de una nueva ley que regule y ordene el funcionamiento del Consejo y que surja de donde tiene que surgir en una República: el Poder Legislativo”. Le salió al cruce Álvaro González que replicó que él no estaba ahí “para garantizar la impunidad de nadie”. Tailhade, a su turno dijo coincidir con Jimena de la Torre y no dudar de su compromiso pero puso en duda que el Consejo funcione con pocos miembros “nuevos”. Propuso reunirse con frecuencia semanal para “demostrar que tenemos ganas de trabajar” y volvió sobre el tema de las denuncias a jueces por el contenido de sus sentencias y el modo en que eran desestimadas. Piedecasas culpó de que no hubiera nueva ley a “la política” y celebró el debate. Reyes fue mucho más agresiva y dijo que el objetivo de ellos es “evitar que se meta mano en la justicia”, apuntando al bloque K. Siley recordó el concurso para reemplazar a Bruglia y Bertuzzi y advirtió que las comisiones debían avanzar en el caso Lago Escondido.
El resto de los consejeros dijeron lo suyo, algunos mostrando optimismo y otros mostrando lo que planeaban para la actividad de la semana siguiente. Después de la catarsis colectiva, se rescató una voluntad de avance.
Fuente: Ámbito




