El G7 de este año se celebra del 13 al 15 de junio en Fasano, Italia. Francisco se convertirá en el primer jefe de la Iglesia católica en participar en la reunión de las siete democracias más ricas del mundo.
La Iglesia y los desafíos de la IA
Durante su participación, Francisco tendrá la tarea de comunicar la visión de la Iglesia ante el avance de la Inteligencia Artificial y la ética de los algoritmos que están por detrás de esta herramienta. Durante todo 2024, el argentino recalcó que la IA es una de las grandes preocupaciones del Vaticano y consideró que es un «serio problema» que la inteligencia artificial se utilice para campañas de desinformación.
No es la primera vez que Francisco aborda el tema del desarrollo tecnológico, la ética detrás de estos avances y la necesidad de regulación sobre estas herramientas. Ya en 2023, el Papa dedicó su mensaje de la Jornada Mundial de la Paz a esta cuestión y solicitó a la comunidad internacional que adopte una regulación en línea con la legislación – pionera – que aprobó la Unión Europea.
Así, está será la primera vez que un líder de la Iglesia Católica participa de la cumbre del G7. El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, declaró que el argentino está dispuesto a utilizar «todos los medios y espacios» disponibles para defender la paz.
G7: qué otros temas se tratarán este año
La cumbre – presidida por la primera ministra italiana, Georgia Meloni, que este año asume la presidencia rotativa del G7 – comenzó con un debate sobre África, el cambio climático y el desarrollo. La conversación luego abordó temas relacionados a las tensiones de Medio Oriente antes de dos sesiones dedicadas a Ucrania: la primera incluyó la participación del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.
Sobre el conflicto militar entre Ucrania y Rusia, durante la primer jornada, lo líderes de las principales economías del mundo anunciaron un acuerdo «provisional» para conceder a Ucrania un préstamo que se financiará con los intereses generados por los activos del banco central ruso que se encuentran congelados en la Unión Europea (UE). Se prevé que el préstamo sería de unos 46.000 millones de euros.
En la segunda jornada de su cumbre anual, el G7 tratará las tensiones comerciales con China y cómo proteger a las industrias de los países ricos a fin de evitar una guerra comercial abierta con el gigante asiático. Las principales economías del mundo occidental – Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos –
Además, también se espera la participación de la Unión Europea como un «todo». En este sentido, se debatirá sobre la búsqueda de una respuesta común al presunto apoyo de China a la expansión militar de Rusia que, según Washington, está alimentando la guerra en Ucrania.
Las tensiones comerciales con China son un tema que preocupa a los principales líderes del G7. Esta semana, la UE anunció planes para imponer nuevos aranceles a los vehículos eléctricos chinos.
En contrapartida, desde Pekín denunciaron esta legislación como un «comportamiento proteccionista descarado» y no descarta presentar una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). China está en pleno auge del desarrollo de la industria automotriz eléctrica y está acusada de subvencionar con dinero público productos como los paneles solares y los propios vehículos eléctricos que se venden mucho más baratos, lo que se considera como una competencia desleal.
La cumbre tratará la guerra entre Hamas e Israel en Gaza y las posibles alternativas para finalizar el conflicto bélico. La semana pasada, los líderes del G7 aprobaron una propuesta de acuerdo de paz que prevé un alto el fuego inmediato, así como también establece la liberación de todos los rehenes secuestrados por Hamas el 7 de octubre, un aumento de la ayuda a los palestinos y la búsqueda de una solución basada en la coexistencia de dos Estados.
El G7 también abordará las discusiones sobre las tensiones en la región de Asia y el Pacífico. Meloni, además, invitó a participar de la cumbre a otros mandatarios, entre ellos Javier Milei e Lula Da Silva, presidente de Brasil.
Fuente: Ámbito





