El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, arremetió contra la dirigencia política al sostener que la Argentina chapotea en «barro de la corrupción» entre «descalificativos y odios». «El sálvense quien pueda, apesta», sentenció.
En esa línea, el arzobispo de la Capital Federal, de estrecho vínculo con el papa Francisco, continuó: «(.) Porque estamos asistiendo a la discontinuidad de políticas públicas de integración de barrios populares, que habían sido logradas con el consenso de gobiernos de distintos signos políticos y representantes legislativos».
Para García Cuerva, pareciera que los están «acostumbrados» a que los «chicos y adolescentes mueran todos los días» por la droga» y el «maldito paco que los consume».
«Avanza la pandemia silenciosa del narcotráfico, que utiliza a los pobres como material de descarte, que promueve el sicariato, que seduce con dinero manchado de sangre a miembros del ámbito político, de la justicia y del mundo empresarial», agregó.
«En la Argentina de hoy siete de cada diez chicos son pobres; pibes con hambre revolviendo basura, chicos no escolarizados, o con una instrucción demasiado básica, no pudiendo leer de corrido o interpretar un texto», reflexionó García Cuerva ante un Luna Park casi repleto y teñido por los colores de variopintas agrupaciones católicas.
A su vez, volvió sobre el desarrollo de políticas públicas y fustigó: «En muchos barrios se sigue viviendo entre las aguas servidas de no tener cloacas, con todos los riesgos que ello tiene en la salud y la calidad de vida de sus habitantes».
«Pero también nos hemos acostumbrado desde hace años a soportar la podredumbre de la inflación que es el impuesto de los pobres; y aguantamos el tufillo de dirigentes rápidamente muy ricos y gente trabajadora siempre muy pobre; hace rato que algo huele mal en la Argentina. La corrupción, el individualismo, el sálvese quien pueda, apestan, y casi que nos acostumbramos a vivir con esos males«, arremetió García Cuerva.
Fuente: Ámbito





