OpenAI invierte en Argentina: por qué eligió la Patagonia y quién fue el argentino clave detrás del proyecto de USD 25.000 millones
El desembarco más grande de la historia tech en América Latina combinará inteligencia artificial, energía renovable y una historia personal marcada por la visión y la tragedia
OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, anunció una inversión sin precedentes de USD 25.000 millones para construir en la Patagonia una red de centros de datos dedicados a inteligencia artificial. El proyecto, bautizado «Stargate Argentina», será el primero en América Latina y apunta a convertir al país en un nodo estratégico dentro del mapa energético y tecnológico global.
El anuncio, hecho por Sam Altman, CEO de OpenAI, llega en un momento de expansión crítica para la compañía, que busca reducir su dependencia de gigantes como Microsoft Azure, Google Cloud, AWS y Oracle. «Queremos poner la inteligencia artificial en manos de la gente de toda la Argentina», declaró Altman al presentar el plan.
El problema detrás de ChatGPT
OpenAI atraviesa un cuello de botella: su tecnología crece más rápido que su capacidad de cómputo. ChatGPT, usado por cientos de millones de personas, requiere un poder de procesamiento que la empresa no puede sostener sin infraestructura propia.
Hasta ahora, dependió casi totalmente de Microsoft Azure, su principal socio e inversor, además de acuerdos con Oracle y CoreWeave. Pero esa dependencia implica riesgos financieros y estratégicos. El proyecto Stargate, una red global de mega data centers en asociación con Oracle y SoftBank, busca resolver ese déficit con una inversión total estimada en USD 500.000 millones.
Argentina será parte de ese entramado, con el primer desarrollo fuera de Estados Unidos, impulsado localmente por Sur Energy, una compañía fundada por Matías Travizano y Emiliano Kargieman.
Patagonia, el nuevo «silicon frío»
La elección de la Patagonia no fue casual. Su clima frío y seco reduce costos de enfriamiento, sus amplias extensiones permiten emplazamientos alejados de zonas urbanas y su potencial en energías renovables —eólica e hidroeléctrica— garantiza el suministro que demanda una infraestructura de este tipo.
A ello se suma el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), que otorga beneficios fiscales y cambiarios que vuelven competitiva la región frente a otras locaciones globales.
Neuquén es la provincia que corre con ventaja. La empresa Sur Energy selló acuerdos con Genneia y Central Puerto para garantizar energía limpia y estable. Genneia firmó un memorando de entendimiento como proveedora de energía renovable, mientras que Central Puerto —operadora de la represa Piedra del Águila— aparece como socio energético estratégico.
Un legado argentino en Silicon Valley
El anuncio tiene también una historia humana detrás. Matías Travizano, físico formado en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, fue el artífice del vínculo entre OpenAI, Sur Energy y el Gobierno argentino. Falleció trágicamente en un accidente de montaña en California pocas semanas antes del anuncio.
En su homenaje, Sam Altman lo recordó como «el alma del proyecto». «Quiero tomar un momento para reconocer a Matt Travizano, quien dirigió nuestras negociaciones antes de morir trágicamente. No estaríamos haciendo este anuncio sin sus esfuerzos», dijo Altman.
Travizano, pionero del big data en la región, había fundado Grandata, una startup con sede en San Francisco dedicada a la inclusión financiera mediante inteligencia artificial. Era considerado un referente discreto pero influyente en el ecosistema tecnológico argentino.
Su socio, Emiliano Kargieman, fundador de Satellogic, explicó que Stargate Argentina «combina el potencial energético del país con el desarrollo de infraestructura crítica para la IA global».
«Esta alianza convierte a la Argentina en un actor relevante en el nuevo mapa digital y energético mundial», sostuvo.
Qué se sabe del proyecto
El primer tramo de la inversión oscilará entre USD 7.000 y USD 10.000 millones, enmarcados dentro del RIGI. Sur Energy construirá las instalaciones, mientras que OpenAI será el offtaker, es decir, el comprador de la potencia computacional generada.
La infraestructura demandará una enorme cantidad de energía y personal especializado, y podría generar miles de empleos directos e indirectos en su fase de construcción. A su vez, plantea desafíos ambientales: los data centers consumen gran cantidad de agua y energía, por lo que los desarrolladores aseguran que se aplicarán sistemas de refrigeración por circuito cerrado y fuentes 100% renovables.
Una apuesta que redefine el mapa
En el corto plazo, Neuquén, Río Negro y Chubut compiten por el proyecto, aunque la balanza parece inclinarse hacia la primera. Los ejecutivos de Sur Energy adelantaron que la ubicación final se definirá en los próximos meses.
Para Argentina, se trata de una oportunidad histórica: combinar su potencial energético con una industria de altísimo valor agregado. Para OpenAI, en cambio, es un paso necesario para independizar su poder de cómputo y expandir la IA generativa sin cuellos de botella.
«La inteligencia artificial sólo podrá cumplir su promesa si construimos el poder de cómputo que la hace posible«, sentenció Altman.
Fuente: BAE Negocios




