En el cierre de una nueva edición del ciclo Ámbito Debate, dedicado a la sustentabilidad, el Campaing Director de AVAAZ, remarcó que «el país tiene la posibilidad dar el ejemplo, de llevar una agenda ambiental que aborde la problemática de la deuda».

La convivencia entre la sustentabilidad y las finanzas, el rol de los Estados y la importancia de políticas públicas. Sobre estas temáticas opinó Oscar Soria, Campaing Director de AVAAZ, quien en una charla con Estefanía Pozzo en el cierre de una nueva edición de Ámbito Debate, brindó detalles sobre el proyecto que prevé que el país realice un canje de deuda por “aportes ambientales”.

“AVAAZ es un movimiento que trabaja en las campañas de urgencia mundial, las relacionadas con el medioambiente, la justica económica y los derechos humanos. Las crisis de las deudas, las ambientales y financieras, van de la mano. La cuestión de la deuda es un aspecto fundamental para el futuro del país”, explicó Soria, dirigente ambientalista santiagueño y autor de numerosas campañas públicas de alto impacto mediático, social y político a nivel mundial.

El especialista, de 48 años, quien ocupó cargos directivos en Greenpeace Internacional, World Wide Fund for Nature (WWF) y hace casi diez años es director político del movimiento cívico y social Avaaz, destacó que tanto la crisis de la deuda como la cuestión ambiental son temas que, de alguna manera, “cierran la grieta” en el país. “El 71% de nuestra membresía teme que la crisis económica va a impactar en su vida personal y el 65%, entiende que la deuda es una causa nacional. Es un tema en el que hoy todo el país coincide: es un elemento unificador en medio de la polarización. En los países con grandes deudas, la sociedad encuentra que más allá de quién esté en el poder, es una causa que debe ser tratada a través de todo el arco político”, resumió.

En ese sentido, hizo mención a una solicitada publicada en el Financial Times en la que se refirió al canje de deuda por aportes ambientales: “Todos los estudios indican que argentina es uno de los pocos países que tiene superávit ambiental. Argentina tiene las condiciones para hacer un canje de deuda por aporte ambiental. El país tiene la posibilidad dar el ejemplo, de llevar una agenda ambiental que aborde la problemática de la deuda. El mundo vive una crisis de deuda y una crisis ambiental. Entonces, lo que entendemos es que hoy el mundo necesita pensar creativamente estas salidas. Todo esto, en un contexto en el cual los países de ingresos medios están atrapados por la demanda de una mayor producción y una mayor mitigación de acciones que dañen el medio ambiente. En los últimos años se vivió esta dicotomía”.

Comunidad mundial

Avaaz, una comunidad online mundial de casi 70 millones de miembros (casi un millón son argentinos) que realiza campañas para abordar problemáticas como el cambio climático, la gobernanza y la ley internacional, el acceso a la información, los derechos humanos o las emergencias humanitarias. Actualmente se encuentra radicado en Nueva York.

“Nos parecía que era importante ir a otra escala en la cual el medioambiente sea considerado como la infraestructura de nuestras economías. Esto se entiende cada vez más en el G7 y el G20. Hoy necesitamos economías más resilientes, más ecosistemas, para poder trabajar una economía sustentable y un marco de cooperación internacional para que no dejemos a nadie afuera”, explicó Soria.

“Nos parecía que era importante ir a otra escala en la cual el medioambiente sea considerado como la infraestructura de nuestras economías
“Nos parecía que era importante ir a otra escala en la cual el medioambiente sea considerado como la infraestructura de nuestras economías», relató Soria.

Al remarcar cómo funcionaría este canje de deuda por aporte ambiental, señaló: “Lo primero que el país tiene que hacer es establecer cuál es su capital natural. Teniendo ese diagnóstico, Argentina puede después establecer un marco regulatorio, junto con la CNV y las provincias, y a través de un consenso se podría emitir un bono que lo puede ofrecer al mercado, con la condición de que Argentina proteja estos recursos naturales, como los humedales o los bosques que son importantes para el medio ambiente global. Si Argentina se compromete a hacerlo, eso hace que estos bonos tengan un activo financiero. Y Argentina, junto con un acuerdo con el FMI o el club de parís, puede utilizar ese activo financiero para conciliar las deudas que tiene”.

“Argentina es un acreedor ambiental y en otras partes del mundo hay deudores ambientales. Hay países que no pueden acceder a crédito y están en esa trampa: hoy los países de ingresos medios son los que están más afectados por las crisis climáticas. Necesitamos que los países de ingresos medios puedan acceder a estas facilidades”, remarcó. Y detalló: “La forma de pago del bono es cumpliendo diferentes criterios ambientales. Diferentes países pueden comprar estos bonos a empresas o estados y se verifica que se cumplan las metas ambientales. La ciencia ya advirtió que tenemos que proteger muchos ecosistemas. Y Argentina es un país que tiene una ventaja: tiene una enorme riqueza natural. Al ser uno de los territorios más grandes del mundo, no tiene mucha población”.

Entendimiento profundo

El cambio en la mentalidad, tanto desde el sector privado como desde el público, hace que este tipo de propuestas puedan llevarse a cabo. “Hoy muchos ministros de producción de las provincias hablan de la importancia de proteger los bosques, por ejemplo. Hoy hay un entendimiento más profundo. Vemos una mayor recepción. Hablamos en Buenos Aires y las provincias del norte, que son las que tienen mayor biodiversidad, y lo que vimos es mucha curiosidad. Y proyectos específicos que se están haciendo en distintas provincias”, remarcó.

“Encontramos un gran liderazgo a escala local. Y el gran desafío hoy en día es que Argentina como estado nacional tiene que tener una entidad articuladora y hacerlo con la idea de que se necesita tener una discusión sobre sus recursos naturales. Y este es el tiempo, la oportunidad es ahora”, agregó.

Finalmente, Soria hizo mención a cómo es la recepción por parte de organismos como el Fondo Monetario Internacional de este tipo de proyectos: “Cuando comenzamos la campaña en marzo de 2021, una de las cosas que el Fondo dijo es que no estaban dadas las condiciones para discutir eso. En la siguiente reunión, en septiembre y octubre de 2021, el discurso fue diferente. Porque Estados Unidos también cambio su mirada sobre esto, porque entiende que la migración que recibe desde Centroamérica tiene que ver en buena medida con cuestiones climáticas”.

“En 2022, la guerra en Ucrania y el impacto económico que produjo en los países del norte, hace que este tema se acelere. En la última reunión de abril de este año, se empezó a plantear que los países pobres no tienen posibilidades de pagar. Y el FMI empezó a consultarnos para tener ideas. Lo interesante es que empezaron a ver que hay otras experiencias, otras teorías económicas”, concluyó.

Fuente: Ámbito